En este artículo fundamental, Bernard Bass amplía el trabajo original de Burns (1978) sobre el liderazgo transformacional y lo traslada a un contexto más práctico y organizacional. Bass explica que mientras los líderes transaccionales se centran en intercambios básicos —como recompensar el buen desempeño o corregir errores—, los líderes transformacionales van más allá: inspiran, movilizan emociones positivas y generan un fuerte compromiso con la visión compartida del futuro.

Uno de los puntos clave es que el liderazgo transformacional se basa en cuatro pilares conocidos como las “4 I”:

• Influencia idealizada: El líder actúa como un modelo a seguir, generando respeto y admiración. No lidera desde la autoridad, sino desde el ejemplo.

• Motivación inspiradora: Estos líderes comunican metas ambiciosas y significativas, haciendo que el trabajo cotidiano cobre un sentido mayor.

• Estimulación intelectual: Promueven el pensamiento crítico, alientan a sus equipos a cuestionar suposiciones y a buscar nuevas formas de hacer las cosas.

• Consideración individualizada: Se preocupan por el desarrollo personal de cada miembro del equipo, adaptando su liderazgo a las necesidades de cada uno.

Bass también introduce la idea de que el liderazgo transformacional no es un rasgo fijo, sino una habilidad que se puede desarrollar, lo cual abre la puerta a programas de capacitación para líderes emergentes. El artículo subraya que las organizaciones con líderes transformacionales tienden a generar más innovación, compromiso y rendimiento sostenido, especialmente en entornos cambiantes como la construcción o la ingeniería civil.

En pocas palabras, Bass no solo teoriza, sino que muestra cómo un liderazgo basado en la inspiración y el crecimiento mutuo puede convertir un equipo ordinario en uno extraordinario.